Las minorías actuales: LosYazidistas, una minoría dentro de otra minoría
Cuando escuchamos la palabra minorías por lo general sabemos que se tratan de grupos sociales pequeños de una sociedad determinada. Pero las minorías no solamente son grupos disminuidos en número, han existido minorías muy grandes en la historia de la humanidad, por ejemplo el judaísmo, solo por citar alguno. El problema fundamental de las minorías es la exclusión y cargar con los estigmas acumulados por una sociedad hacia esa minoría y no así, el número de sujetos adscritos a ese grupo. Cada concepto y nombre tiene un componente conductual y psíquico yuxtapuesto, algo que nos dice que debemos pensar y como comportarnos ante ese objeto. De esta manera, las minorías al ser nombradas y ubicadas por un otro social traen implícitas formas de pensar y comportarse respecto a aquel grupo. El imaginario colectivo entra en juego en las cogniciones y comportamientos de los sujetos hacia un grupo social, de ahí provienen los prejuicios favorables o desfavorables en relación a ese conglomerado de personas bajo el dominio de un nombre y sus implicaciones.
Otra característica de las minorías es que todos los que no pertenecen opinan sobre ellas. Las minorías son fáciles de ubicar y nombrar, pero son poco conocidas en su complejidad y profundidad. La ignorancia en relación hacia los usos y costumbres y la historicidad de una minoría siempre está presente (de alguna manera) en los que no pertenecen a ese grupo. Lo que se conoce (y muy bien) son los estigmas que se han construido al rededor de ese grupo por décadas o centurias. Por demás está decir que las opiniones van a ser desfavorables, no en el sentido moral, si no en cuanto al error perceptivo sobre esos grupos: si no se conoce el contexto y la inserción social a la que han sido sometidos lo que se opine de ellos muy probablemente tenga sesgos insalvables que los acerquen al error en sus opiniones. Actualmente con solo señalar a un grupo social con el nombre de minoría estamos ante el hecho de una marginalización implícita (no en todos los casos) de aquel grupo y se pone en juego un referente semántico envuelto en el desconocimiento y el error.
Los Yazidistas son una minoría dentro de otro minoría, lo cual, los hace ser bastante singulares. Los Kurdos son una minoría en el oriente próximo y los Yasidistas son una minoría Kurda. Tienen templos, lugares de oración, lugares donde piden refugio. Trabajan y tienen sus propias celebraciones, además su propio dialecto. Creen en la reencarnación. Lo que digo es que son una cultura muy rica y compleja como muchas otras que habitan el planeta y por sobre todo, buscan la paz.
Los Yazidistas profesan una religión antigua, más antigua que el islam, el cristianismo y quizás que el mismo judaísmo de donde proviene las otras religiones del libro. El Yazidismo es una religión preislámica en la cual aún sobreviven compones de religiones más antiguas como el zoroastrismo. En su diversidad creen en Melek Taus que es el ángel superior de siete que Dios creo para proteger al mundo y gobernar el mundo. Han sido perseguidos por grupos islamistas por sus creencias preislámicas y principalmente por esta deidad Melek Taus que su nombre en el Coran es similar al utilizado para referirse a satanas, lo cual se ha demostrado que es un error semántico. Muchos grupos cristianos los consideran como un pueblo seguidor del demonio. Los mismos Yasidiztas no creen en un espíritu malévolo, se alejan del maniqueísmo, como no lo hace el cristianismo y el islam, ellos consideran que eso sería quitarle lugar a Dios: con su poder no hay nada que se le oponga. El tema del bien y el mal es un asunto meramente humano, de libre albedrío, que a mi parecer es una posición más cercana al humanismo contenida en el Yazidismo.
El problema actual de las minorías es que están desprotegidas, como en este momento los Yazidistas. Ellos ya contabilizan setenta y dos genocidios -o debería decir intentos de genocidios- en los cuales han muerto miles de ellos. En este momento sus mujeres son raptadas y violadas, método antiguo en el oriente próximo para denigrar y mostrar el poder que se tienen sobre otro pueblo. Hace poco en un reportaje de la DW entrevistaron a unas jóvenes-niñas que habían sido violadas por hombres del Dash o Estado Islámico. Ellas solo decían que preferirían estar muertas. En sus mismas creencias religiosas se dice que la violación es una ofensa imposible de reparar. Las violaciones siempre son injustificables en cualquier cultura, pero para los Yazidistas es la peor de las ofensas.
Las Yasidiztas a manos de los cristianos (en su momento) y del Islam (actualmente) son una minoría que siempre ha corrido peligro por la incomprensión de sus prácticas y creencias. La diversidad molesta a los imperios, la diversidad molesta a las personas que tienen una estructura mental totalitaria, fundamentalista. El siglo XX ha sido la cuna de los totalitarismos sistematizados, pero en el ser humano hay una estructura que hace que los sujetos la implementen de manera individual y luego grupal como sucedió en Alemania en la segunda guerra mundial y en otros momento históricos. El totalitarismo no tiene tiempo, siempre ha existido, solo que occidente aprendió a sistematizarlo e implementarlo como agenda gubernamental, lo ha modernizado a diferencia de otras regiones.
Ante el problema de la percepción que se puede tener en el mundo sobre las minorías y en los diferentes imaginarios colectivos salta a la vista (por lo menos la mía) que son imposibles de controlar. No se le puede prohibir a alguien no ser un fascista imbecil, pero si se puede castigarlo si comete algún delito contra otro ser humano. Ante esto, sólo puede dar garantía de vida a todas las minorías los gobiernos de cada sociedad a través del derecho, de la ley y las constituciones políticas y penales de cada nación. De allí que los estados deban ser laicos y no teocracias disfrazadas de democracias, como sucede en el oriente medio y próximo. Pero no basta con solo decirse estado laico, sería inútil si no prevalece una estructura que defienda el derecho de estos grupos a existir sin el riego de ser marginados o aniquilados por sus diferencias. La ley es el único camino para obligar y subyugar a esa estructura humana a no manifestarse, esa estructura que busca anular la diversidad para imponer una única visión de la historia y prácticas de vida "universales" y "sanas".
Por lo demás, si a alguien le puede interesar, ayudaría a las minorías no verlas como tales, no como un grupo aislado, si no como parte de una sociedad, con una función dentro de la nación en la que habitan, como un elemento único en la unidimensionalidad de una sociedad civil. Son las minorías un baluarte en el mundo, un registro que nos recuerda que la diversidad es el camino a la igualdad, es el único medio en que el ser humano podrá ser justo, el único medio por el cual se podrá erradicar la violencia y las injusticias. El derecho a lo múltiple, al multiculturalismo, a la diversidad es una tarea pendiente, hoy y siempre.
Jorge S. Masssey
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